A vueltas con los huevos y su relación con el colesterol

El alto valor nutricional de los huevos hace que nunca se deba renunciar a su consumo, ni siquiera cuando se tiene el colesterol alto. Y es que a diferencia de lo que mucha gente piensa, apenas tienen influencia en el aumento del colesterol sanguíneo. ¿Entonces a qué deben su mala fama?

El huevo efectivamente es un alimento que tiene mucho colesterol. Uno de tamaño medio concretamente puede llegar a aportar al organismo unos 200 miligramos, lo que supone más del 65% de la ingesta diaria recomendada. De ahí su mala fama.  Por suerte para todos, las cosas no son tan simples.

Normalmente, los alimentos ricos en colesterol suelen ser también ricos en grasas saturadas y, por eso, se desaconseja su consumo. En el caso del huevo, en cambio, no es así.  Su gran cantidad de nutrientes saludables como las proteínas de alto valor biológico, los ácidos grasos mono insaturados o las vitaminas A, B2, B6, B12, D y E, contrarrestan el riesgo de sus componentes nocivos.

Las principales virtudes de los huevos son las siguientes:

  •  Favorecen el equilibrio del colesterol. A pesar de que su consumo aumenta el colesterol LDL, el que llamamos malo, también aumenta el bueno, el HDL. Gracias a ello, se ha demostrado que los valores de colesterol entre personas que tomaban un huevo al día eran más equilibrados que entre los que los tomaban menos veces.
  • Aportan grasas saludables. En concreto, ácidos grasos esenciales omega 3 y 6 y ácido linoleico. Su proporción entre ácidos grasos poliinsaturados y saturados es adecuado para proteger la salud cardiovascular.
  •  Ayudan a controlar el peso porque contienen un aminoácido llamado leucina que favorece la sensación de saciedad. Son ligeros y digestivos y, si los tomamos escalfados, cocidos o la plancha, solo aportan 70 kcal.

Con todo, las recomendaciones para el consumo de huevo que se han establecido son: 7 huevos enteros a la semana para la población general y de 3 a 4 huevos enteros a la semana en personas con el colesterol alto. Estos últimos, incluso, pueden tomar alguno más semanalmente si desechan la yema y solo comen la clara.

Finalmente, cabe señalar que el riesgo de enfermedad cardíaca está más relacionado con los alimentos que acompañan el huevo como el tocino, las patatas o el aceite con el que lo freímos que con el huevo en sí.

2020-02-05T11:44:21+00:00